“La dominación masculina tiene todas las condiciones para su pleno ejercicio. La preeminencia universalmente reconocida a los hombres se afirma en la objetividad de las estructuras sociales y de las actividades productivas y reproductivas, y se basa en una división sexual del trabajo de producción y de reproducción biológica y social que confiere al hombre la mejor parte, así como en los esquemas inmanentes de todos los hábitos. Dichos esquemas, construidos por unas condiciones semejantes, y por tanto objetivamente acordados, funcionan, como matrices de las percepciones, trascendentales históricas que, al ser universalmente compartidas, se imponen a cualquier agente como trascendentes”. Pierre Bourdieu

El cuerpo de la imagen
El de-venir hombre
La diferencia sexual y sus máscaras
Violencia simbólica
La degradación de objeto